

Nos tildan de exageradas, de que las cosas no son como las decimos, que estamos perseguidas, que vemos machismo en cosas que ellos toman como normales y todo esto sin pararse a pensar en lo que supone.


El despatarre masculino de toda la vida, también conocido como manspreading, es una postura masculina incívica en la que el sujeto se sienta abierto de piernas en el metro, en el autobús o en alguna butaca, y reduce el espacio de la persona de al lado.


Reconozcámoslo, ya no se trata solo de saber decir las cosas, pues para muchas, incluso el simple hecho de poder decir las cosas ya es todo un avance.


A todas las personas nos han aconsejado que seamos nosotras mismas, asegurando que así nos ganaremos a todo el mundo, pero… ¿Por qué no nos preparan para todo lo que se nos echará encima tras decidir ser nosotras mismas? ¿Cómo voy a ser yo misma si van a criticar cada paso que dé? ¿Cómo voy a querer ser original y diferente si me obligan a estar en un molde en continuo movimiento en el que jamás conseguiré encajar? ¿Cómo voy a querer ser algo impuesto, carente de humanidad? ¿Cómo voy a ser yo misma si hacen que me avergüence de ello? Quizá presentado así, todo suene un tanto confuso, pero es lo cierto.


¿Estás al día con la forma en que la mundo se está moviendo o conservas algunas costumbres de la vieja escuela? ¡Descubre con este test si tu ética encaja en la sociedad moderna o, por el contrario, te riges por condicionamientos morales ya desfasados para los tiempos que corren! https://www.