

Hace unos días lanzábamos en Instagram la siguiente pregunta: "¿Qué le dirías a tu yo de 12 años?" Ante la cantidad de respuestas geniales y motivadoras que hemos recibido, decidimos hacer un ranking para que puedas votar por tus favoritas.


Desde una edad temprana nos enseñan algunas reglas para vivir en sociedad que, a veces, limitan nuestro ser.


Autoría: Los versos que no nos dimos Me llamo Patricia Alonso y tengo 22 años.


Tú vales demasiado como para estar con alguien que no se de cuenta que te arreglaste el pelo o que estás triste.


No digo que todos; por supuesto que confío en que hay muchos hombres buenos, hombres inteligentes que entienden que tener una buena compañera de vida puede marcar la diferencia entre llegar lejos o por el contrario, a la ruina.


¿Te suenan de algo estas frases? "¡Qué delgada estás! ¿Es que no comes?" "Deja de comer tanto, que cada vez estás más gorda" "¿Cómo estás tan delgada? ¿Es que estás enferma?" Dicen que las palabras hacen más daño que las manos, que solo hacen falta varias palabras bien elegidas para que tu día se derrumbe o, peor aún, para que tu vida se derrumbe, pues ese tipo de frases pueden llegar a marcar de por vida.


Mi abuela un día me dijo que el único amor comprensivo, fiel, sensato, que nunca nos falla, que todo perdona y que nos acompaña hasta el último día es el amor propio.


Yo creo que si todos abriéramos los ojos, nos daríamos cuenta del verdadero existir.


¿Te has planteado alguna vez si eres realmente feliz? ¿Si te llena lo que haces y lo que te rodea? Ese es el fundamento de la vida.


A todas las personas nos han aconsejado que seamos nosotras mismas, asegurando que así nos ganaremos a todo el mundo, pero… ¿Por qué no nos preparan para todo lo que se nos echará encima tras decidir ser nosotras mismas? ¿Cómo voy a ser yo misma si van a criticar cada paso que dé? ¿Cómo voy a querer ser original y diferente si me obligan a estar en un molde en continuo movimiento en el que jamás conseguiré encajar? ¿Cómo voy a querer ser algo impuesto, carente de humanidad? ¿Cómo voy a ser yo misma si hacen que me avergüence de ello? Quizá presentado así, todo suene un tanto confuso, pero es lo cierto.


Querida yo: Quiero que me dejes caminar, correr y disfrutar como niños, sobre tu deteriorado corazón.


Vuela alto y sueña con el corazón apretado, todos somos dueños de nuestro destino y tenemos la capacidad de crear magia en cada paso.